miércoles, 16 de enero de 2013

COPA MENSTRUAL Y ORIGEN

La copa menstrual es un tipo de barrera que se inserta en la vagina durante la menstruación para retener el flujo. A diferencia de los tampones, que también se usan internamente, la copa menstrual no absorbe la sangre; ésta queda contenida en el interior de la copa hasta que se extrae de la vagina y se desecha el líquido. Descripción Existen tres tipos de copas menstruales disponibles en el mercado: El tipo más común es una copa en forma de campana de goma (látex) o silicona o plástico quirúrgico. Es reutilizable y puede durar alrededor de 10 años con el mantenimiento adecuado. Otro tipo de modelo menos común está realizado en polietileno y es de forma similar al diafragma. Por ser muy flexible y suave, el modelo desechable se puede utilizar durante las relaciones sexuales (aunque no es un anticonceptivo y no debe utilizarse con esa finalidad). Historia De acuerdo a la información de El Museo de la Menstruación y Salud de la Mujer, la copa menstrual se produce industrialmente desde los años 30 del siglo XX (aunque existen copas rudimentarias circulando desde 1867). La primera patente fue en 1932, la de Goddard.1 Le siguió la copa patentada por Leona Chalmers, y diseñada en los Estados Unidos bajo el nombre de Tass-ette, la idea era fabricarla en caucho vulcanizado siguiendo.2 Hubo una venta y distribución significativa de las copas en esa década, a lo que siguió un largo silencio sobre el tema. Fueron haciéndose patentes en 1935, 1937 y 19503 4 En 1950, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial las copas fueron fabricadas en los Estados Unidos, que se interrumpió en 1963 por no ser rentable, por falta de látex, y por no tener éxito comercial debido a la opinión de las mujeres: le achacaban que era demasiado grande, rígida y pesada, además de la cuestión cultural que implica la manipulación de los genitales y las secreciones vaginales.5 Desde 1987 se fabrica en los EE.UU. también, la copa de The Keeper, de látex. Fue el primer modelo producido en dos tamaños, uno de ellos dirigido para las mujeres más jóvenes y sin hijos. Se ha ido convirtiendo en algo más popular debido a su resistencia y a ser reutilizable, lo que permite un gran ahorro económico a lo largo de los años, además, porque su antecesora, la copa Tassaway, había recibido buenas críticas de los médicos, que lo consideraban muy segura, inocua y capaz de reducir la incidencia de infecciones genitales comúnmente asociadas al uso de absorbentes sanitarios (tanto desechable como reutilizable) y los tampones. La copa menstrual The Keeper, de látex, sigue en venta hoy. En los últimos años, las copas menstruales se han hecho de materiales alternativos como de silicona médica, debido a la posibilidad de alergia generadas por el uso de látex. Existen muchas fábricas en la producción de copas, lo que permite una mayor libertad de elección de modelos, formatos, colores y precios, permitiendo así una mejor elección entre las usuarias. Beneficios No es muy usada ni conocida por las mujeres en comparación con los tampones y compresas, principalmente porque apenas existe publicidad de estos productos. Estas copas a diferencia de otros sistemas de usar y tirar solo se compra una vez en mucho tiempo y el beneficio conseguido no compensa una inversión en publicidad fuerte. Sin embargo tiene múltiples ventajas: • Economía: el coste inicial es mayor que los absorbentes tradicionales pero el gasto solo se produce una vez y se recupera la inversión a los pocos meses, ya que la duración con los cuidados adecuados puede ser hasta diez años. • Infecciones: La silicona es inerte de forma similar al cristal y no es adecuada para que los gérmenes se acumulen en ella. No se han relatado casos de Síndrome del shock tóxico, ligado al uso de tampones tradicionales. • Comodidad: se puede llevar durante la noche. Se puede utilizar durante toda la menstruación independientemente de lo copiosa que sea e incluso en cualquier momento del ciclo simplemente para acostumbrarse a llevarla. • Medio ambiente: Supone menos desechos para el medio ambiente. Debe esterilizarse al final del ciclo. Pero también tiene algunas desventajas: • Es poco usada y es un poco difícil encontrar donde comprarla o conocer opiniones de otras usuarias. • Puede ser incomoda de utilizar en baños públicos que no dispongan de un lavabo o bidé privado. • Al final del ciclo, además del lavado habitual con agua y jabón, se debe esterilizar hirviéndola. • Como los tampones, puede ser un poco complicada de usar al principio. Se puede mover si está mal colocada. Sin embargo, si la colocación es adecuada es difícil que se mueva, de hecho puede crear una succión que impida sacarla si no se sabe hacer. Simplemente introduciendo un dedo para que entre el aire, se deshace el vacío y sale fácilmente. Utilización Las copas menstruales se insertan en la vagina. No son porosas, absorbentes ni fibrosas, por lo que no arañan ni secan las paredes vaginales. No desestabilizan la capacidad natural de auto-limpieza, no son incómodas de extraer durante los últimos días de la menstruación ni dejan restos de fibras (aunque esto también depende del material con el cual estén fabricadas). Las copas de látex conllevan el riesgo de portar bacterias en su superficie. Sin embargo, esto no ocurre en las de silicona, ni están relacionadas con el SST (Síndrome de shock tóxico), problemas todos ellos, asociados al uso de tampones. Las copas también podrían ayudar a prevenir problemas causados por el uso de compresas, como la candidiasis (producida por el ambiente cálido y húmedo que crea una compresa) y la cistitis (que puede darse si las heces en la compresa transportan la bacteria E. coli a la uretra o a la vagina). Ya que las copas se pueden utilizar en cualquier momento del mes, la mujer puede practicar la inserción y extracción cuando no está menstruando para habituarse. Las copas menstruales en forma de campana pueden adelantar la menstruación uno o dos días debido al suave efecto de succión que producen. Algunas mujeres han informado de menstruaciones más cortas debido también a este mismo efecto. Las copas requieren ser cambiadas (o vaciadas) con menos frecuencia que los tampones o las compresas. Su capacidad es de 30 ml, que constituye la tercera parte del volumen de sangre que pierde una mujer en cada menstruación por término medio, por lo que pueden permanecer hasta 12 horas sin necesidad de vaciar. La copa en forma de campana se inserta en la parte baja de la vagina. A lo largo del día es posible que tienda a introducirse algo más, lo cual es perfectamente natural, pero no está diseñada para colocarse por encima del cérvix. Estas copas tienen un rabillo en la parte final para facilitar su extracción. Copa Instead: se inserta y se usa de la misma forma que un diafragma. Se coloca por encima del cérvix y se mantiene en esa posición por la presión del hueso púbico. Para su extracción se engancha un dedo al reborde y se tira hacia abajo. Un tampón se debe insertar hasta las proximidades del cérvix; esta es la posición más cómoda y permite que el tampón se expanda tanto a lo largo como a lo ancho a medida que absorbe el flujo. Los tampones tienen un cordón que sobresale de la vagina para facilitar su extracción.

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