jueves, 2 de mayo de 2013

Educación sexual en la primera infancia

1. “Lo que tengan que saber de sexo lo aprenderán solos” Uno puede pensar esto porque cree que así le ocurrió durante su infancia: que aprendió solo. Si bien mucho de lo que saben pueden haberlo asimilado de compañeros del colegio, de juegos, de primos/as, de la televisión, etc., es posible que no lleguen a captar toda la información recibida, además la misma puede no ser correcta. La información brindada desde el seno de la familia dará mayor seguridad y tranquilidad. 2. “Que se lo expliquen en el colegio” Esto suele ser un tema de discusión. La enseñanza debe estar primordialmente a cargo de los padres, pero es necesario acordar con los docentes respecto de valores y costumbres. 3. “Si hablo de eso con mis hijos van a querer ponerlo en práctica desde muy pequeños”. Hay padres que piensan que si les explican a sus hijos todo lo referente a la sexualidad van a despertar en ellos una curiosidad desmedida, incitándoles a la práctica. Al revés, el explicarles a los hijos les da seguridad y les quita angustias. 4. “Los niños no necesitan información sobre sexo” Es un error común pensar así. Lo cierto es que necesitarán información adecuada a cada uno y a cada situación. A unos habrá que hablarles del origen de la llegada de un hermanito, a otros por qué un hombre aparece vestido de mujer en la televisión, etc. Todos necesitan información de acuerdo a su maduración y a su grado de comprensión. 5. “No sé cómo empezar a hablar de eso” Es habitual no saber enfocar la conversación. Se generan sentimientos -de vergüenza, por ejemplo-, que pueden interferir en el diálogo; por ello es necesario trabajar con nuestros propios miedos y sentimientos. 6. “Para qué le voy a hablar, si todavía no entiende” Aparece el miedo a meterse en líos hablando de sexualidad. Siempre entienden algo de lo que se les dice, sobre todo si es desde el amor y la ternura. Un bebé responde a la calidez del abrazo de su mamá y a la voz suave y tranquila: no comprende el significado de sus palabras pero las va asociando a las actitudes. Y así va creciendo y de a poco va comprendiendo el significado de las palabras asociadas a los gestos. El lenguaje de la sexualidad es amplio: se trasmite desde lo corporal, lo gestual y lo verbal. 7. “No sé qué palabras usar ni cuánto decirle” Una dificultad que se plantea es el tipo de lenguaje: lo aconsejable sería usar los términos correctos, pero sin “asustarse” si aparecen palabras cotidianas y aun vulgares; recordemos que estas connotaciones tienen que ver fundamentalmente con la forma en que se emplean. En cuanto a la cantidad de información, es necesario escuchar bien la demanda y satisfacerla, tratando de no dejar dudas, pero sin ir mucho más allá de lo que el/la niño/a solicita.

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